Pilates es mucho más de lo que solemos imaginar. A menudo se piensa que es solo una clase de estiramientos y relajación, ideal para personas mayores o quienes están en proceso de recuperación, pero nada más lejos de la realidad. Pilates es una práctica integral que va mucho más allá de esos mitos.
Este método busca que el cuerpo se conecte, no importa la edad o el estado físico. No solo trabaja la flexibilidad y las articulaciones; su magia está en esa sutil unión entre músculos, articulaciones, mente y hasta los órganos. Al practicar Pilates, algo en uno cambia: la mente se siente más ágil, el cuerpo se llena de energía y hasta el ánimo mejora. Ese bienestar tiene explicación científica; Guidotti et al. (2025) demuestra que el Pilates reduce síntomas de depresión, ansiedad, fatiga y estrés tanto en poblaciones clínicas como sanas. Además, resalta el papel clave de la respiración consciente y la atención plena en Pilates, así como la mejora de la regulación emocional. Este ejercicio influye en la producción de serotonina y endorfinas, las hormonas que están ligadas a la felicidad. Pilates enseña a escucharse, a conectar con los movimientos y a estar presente en el cuerpo, lo que mejora la relación con uno mismo, potenciando la autoestima.
En 2023, Ju et al. en su revisión demuestra la evidencia moderada de que Pilates reduce signos de depresión y mejora la funcionalidad física. Es común pasar tantas horas sentados, frente a una pantalla, que los hombros y la espalda se resienten. Pilates viene al rescate de esa tensión acumulada, ayudando a fortalecer el cuello y la espalda, a relajar la musculatura y a devolverle movilidad al cuerpo. No se trata solo de “que no duela la espalda”, sino de vivir sin esa carga constante y sentir la diferencia, día tras día.
Pero el beneficio no es solo para la parte superior: las piernas y la cadera también encuentran en Pilates un auténtico aliado. Muchos de los ejercicios trabajan sobre una sola pierna, lo que, poco a poco, despierta y refuerza esos músculos que solemos tener olvidados o debilitados por tantas horas de vida sedentaria.
Lo que quizás es menos conocido es el efecto que tiene en el corazón y los pulmones. En el estudio de Ibrahim et al. (2020) se reporta que el Pilates, en comparación con el grupo control, mejora el ritmo cardíaco en reposo, VO2 Max y el perfil lipídico (colesterol y lípidos sanguíneos), todos indicadores de buena salud cardiovascular. Cada movimiento de Pilates va de la mano de la respiración, creando una armonía que ayuda a oxigenar la sangre y a cuidar el sistema cardiovascular. Así, Pilates no solo transforma la postura o la flexibilidad, sino también la salud interna y la energía vital de cada día.
En definitiva, Pilates es una propuesta completa para quien quiera sentirse mejor. Es una invitación a moverse con conciencia, a descubrir la fuerza interna del cuerpo y aprovechar todos los beneficios que están al alcance de cualquiera que se anime a intentarlo.
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